TOLUCA / No existe justicia para joven asesinado en Toluca.
04.02.2016 18:27
TOLUCA, MÉXICO.-Tres años después y casi 50 audiencias orales en los juzgados, todavía no hay sentencia para los asesinos de Carlos Eduardo Martínez González, el adolescente que fue secuestrado frente al colegio Montessori de Toluca, el 14 de febrero del 2013, y asesinado días después por sus captores; hoy, Alfredo Martínez González, su padre por convicción, buscará exponer la impunidad de las instituciones de justicia del Estado de México ante el Papa Francisco durante su visita a Ecatepec.
"Quiero conseguir un boleto para decirle al Papa frente a frente, que la escuela católica entregó a mi hijo a sus asesinos en bandeja de plata, esa es su escuela, la cual no tuvo ni la delicadeza de decirme lo sentimos o en qué lo podemos ayudar, absolutamente nada", este señor necesita saber que pasa en México.
El padre de Carlos Eduardo sostiene que los procesos de impartición de justicia están plagados de burocracia y corrupción:
"Estoy a punto de irme, estoy desesperado; imagínense, tengo que ver a los asesinos de mi hijo dos veces por mes sin que se les sentencie desde hace tres años, no me acabo de enterar cuantas gentes han intervenido directa o indirectamente en este asunto la señora que prestó la casa de seguridad, los abogados que hacen cambios truculentos, y todo eso lo permite el juez, el sistema es una burla", sostiene.
La negligencia de las autoridades
Más de medio año la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) tuvo el cadáver del menor Carlos Eduardo Martínez González en la morgue de Tenancingo, pues quienes lo secuestraron, tres días después lo arrojaron vivo desde el Puente Calderón, en la autopista Toluca-Ixtapan de la Sal.
Quien planeó, organizó y ejecutó el secuestro fue una mujer, identificada como Beatriz Alejandra Morales Sendo, quien trabajaba en una óptica ubicada en la esquina de la avenida José María Morelos y Juan Aldama, ella, se hizo amiga de su víctima, pues casi a diario comía en la tortería propiedad del padre de Carlos Eduardo.
A esa mujer la ayudaron tres hombres a ejecutar el secuestro, uno de ellos era su novio, de quien solamente se sabe que se llama "Margarito", quien trabajaba en el departamento de Intendencia de la Cámara de Diputados del Estado de México, quien a su vez invitó a participar en el plan a dos hombres, uno al que se le conoce como "El Cochambre", y su hijo de éste. Los tres ya fueron capturados por policías ministeriales del Estado de México.
La asesina confesa, creyó que el padre del menor tenía "mucho dinero", por eso lo secuestró, al principio exigían 10 millones de pesos por respetar la vida al menor. El padre de Carlos Eduardo, Alfredo Martínez González, tuvo que explicar en varias ocasiones a los secuestradores su imposibilidad económica para pagar esa suma de dinero; ya que el único bien material que tenía era la tortería, los secuestradores bajaron su demanda económica a 5 millones de pesos y posteriormente a 2 millones de pesos.
Al convencerse de que no obtendrían pago alguno por Carlos Eduardo, lo asesinaron, le prometieron al adolescente que visitarían un balneario de Ixtapan de la Sal, pero cuando llegaron al Puente Calderón, lo bajaron de la camioneta en que viajaban, y lo empujaron al vacío, de más de 50 metros de fondo, donde murió al estrellarse contra de las piedras que están en el fondo.
La mujer y sus tres cómplices buscaron un escondite en la zona sur del Estado de México, en los límites de Luvianos y Tejupilco, y después cada quien huyó por su lado.
La policía ministerial detuvo en Tenancingo, a la organizadora del secuestro, Beatriz Alejandra Morales Sendo, quien después delató a sus cómplices y reveló todos los detalles de su crimen. Ella también mencionó a otra mujer que supuestamente era la que cuidó al menor los tres días que lo tuvieron en una "casa de seguridad".
Después de todo el tormento psicológico que vivió el padre de Carlos Eduardo, buscó respuestas sobre lo que le ocurrió a su hijo en la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, instancia que nunca verificó la identidad del cuerpo encontrado al fondo del Puente Calderón, a pesar de que emitieron la Alerta Amber y el Programa Odisea para buscar a Carlos Eduardo, durante todo ese tiempo su cadáver estuvo en la Subprocuraduría de Justicia de Tenancingo.
Desde entonces, Alfredo Martínez exigió fincar responsabilidad contra el personal de la procuraduría estatal por negligencia, y todo el peso de la ley a los involucrados en este secuestro y homicidio, la justicia para Carlos Eduardo aún no llega.