VALLE DE BRAVO / Aprueba INAH construcción de centro comercial en zona arqueológica.

09.03.2016 17:39

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VALLE DE BRAVO, MÉXICO.-El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) autorizó a la empresa Desarrollo Las Monjas, propiedad de Alejandro Martí y Alejandro Aboumrad, la construcción de un centro comercial en una zona arqueológica de Valle de Bravo, Estado de México, protegida desde 1984 debido a su valor histórico.

Desde hace tres décadas empezaron estas edificaciones gracias a que el INAH avaló que inmobiliarias construyeran casas de descanso en la parte sur del terreno, sin realizar investigación ni rescate de vestigios, y a que pobladores edificaran de manera irregular, en la parte norte. Sin embargo, ahora habrá incluso un centro comercial.

Sobre el nuevo centro, el apoderado legal de Desarrollo Las Monjas, Adalberto Arrellano, aseguró que ha cumplido con todos los permisos, pero ignoraba que en uno de los tres terrenos que compraron para la obra no había autorización para construir.

Lo cierto es que en el terreno donde ahora se trabaja, el INAH había prohibido cualquier edificación desde 1989, pero en diciembre pasado cambió la decisión y liberó el terreno, es decir, avaló la edificación del centro comercial. El permiso se concedió con el argumento de que habría labores de rescate por parte de los constructores.

A partir de una filtración recibida en la plataforma Méxicoleaks, los medios y organizaciones que la integran –entre ellos Animal Político– realizaron una investigación conjunta que confirma la pérdida irremediable del patrimonio histórico en el Estado de México.

Desde hace 13 años, la empresa Desarrollo Las Monjas Valle de Bravo, S. A. de C. V. inició la estrategia para construir la plaza comercial Patio Valle, que incluirá una Bodega Aurrerá, locales, restaurantes, cines y 218 cajones de estacionamiento sobre un terreno de 17 mil 355 metros cuadrados en La Peña.

La obra, que prevén terminar en cuatro meses, quedará flanqueada por bosque y terrenos que se cotizan entre mil 500 y 6 mil pesos el metro cuadrado y casas veraniegas con valor de hasta 38 millones de pesos.

El 14 de octubre de 2003 los empresarios Alejandro Martí (director y accionista de Procorp, S.A. De C.V. Sociedad de Inversión de Capitales y Grupo Martí), Alejandro Aboumrad (presidente de Grupo Proa, corporativo de Grupo Carso, de donde es consejero desde hace 24 años) y Laila Kawage (esposa de Alejandro Aboumrad) compraron un terreno de dos hectáreas llamado La joya en Valle de Bravo, por 4 millones de pesos a la Asociación Civil Institución Providencial de México. En 2004 compraron otro terreno a Heriberto Robertson por 2 millones 400 mil pesos.

El 2006 Martí y Aboumrad constituyeron la empresa Desarrollo las Monjas Valle de Bravo, a la cual le traspasaron los terrenos antes comprados. El 21 de junio de 2006 tramitaron la fusión de predios para hacerlo un terreno de 29 mil 753 metros cuadrados, según se establece en el acta emitida por el notario público 99 del Estado de México, Juan José Ruiz Ortega.

La empresa siguió adquiriendo terrenos. El segundo, de 7 mil metros cuadrados, lo compró a Llilian Garibay en agosto de 2011. El tercero, de 794 metros cuadrados, en el que se encuentra el terreno Casa de ídolos, lo vendió Abel Núñez el 2 de septiembre del mismo año.

Este último terreno, al tratarse de un sitio arqueológico de resguardo, con “alto potencial” para explicar la cultura matlatzeca, era el único que no tenía permiso de construcción emitido por el INAH.

De allí rescataron esculturas con forma de cabeza de serpiente en la década de los 80, que forman parte del acervo del Museo Arqueológico de Valle de Bravo; por eso es que el INAH negó el permiso de construcción a Andrés Robertson, cuando lo solicitó en 1989, 1997 y 2000.

Para poder construir, Desarrolladora Las Monjas tramitó la manifestación de impacto ambiental, pero por los tres terrenos (una superficie total de 44 mil 694 metros cuadrados); fue autorizado por Salvador Díaz Vanegas, ex director general de Ordenamiento e Impacto Ambiental del Estado de México, el 3 de diciembre de 2012.

Con este trámite aprobado, la empresa consiguió la licencia de uso de suelo el 15 de mayo de 2013. El último paso fue la licencia de construcción concedida por el municipio de Valle de Bravo el 21 de diciembre de 2013, como consta en la licencia número DDUYOP/446/2013.

Ante la denuncia y manifestaciones de los vecinos, el delegado del INAH en el Estado de México, Ricardo Jaramillo, acudió a la zona para verificar las obras. Constató la “afectación” en el terreno, lo que “anunciaba la destrucción de patrimonio arqueológico”, por lo que el instituto detuvo la obra el 14 de febrero de 2014.

“Casa de ídolos no ha contado con una liberación; se localiza dentro de la poligonal de protección institucional; no forma parte de los predios liberados y por lo tanto es sujeto de protección de las normas en la materia de investigación arqueológica”, según se advierte en el proyecto de salvamento en su primera fase.

Una vez que la obra fue suspendida, Desarrolladora Las Monjas solicitó por primera vez el permiso de construcción para el terreno Casa de ídolos, como consta en el oficio número 144.2014/0300, dirigido al INAH y firmado por el representante legal de la empresa, Adalberto Arellano, el 17 de febrero de 2014.

El proyecto de rescate arqueológico inició en marzo de 2014 y los arqueólogos advertían su preocupación porque la obra requería haría excavaciones de cuatro metros de profundidad, por lo que “definitivamente los contextos arqueológicos localizados en el predio Casa de ídolos se verían totalmente destruidos”.

Después de la exploración, los arqueólogos propusieron una segunda fase para el salvamento de patrimonio debido a la “complejidad” del asentamiento prehispánico en el cual encontraron “vestigios relevantes del periodo prehispánicos”.

Pero esta vez hubo un compromiso más estricto: “Cuando termine cada una de las etapas de los trabajos de salvamento arqueológico, el INAH se obliga a liberar las zonas por escrito a la empresa propietaria”, según se lee en la minuta de acuerdos firmada por el delegado del centro INAH, Ricardo Jaramillo, el apoderado legal de la empresa, Adalberto Arellano, y el arqueólogo encargado, José Hernández, el 21 de agosto de 2014.

Durante los trabajos, el arqueólogo José Hernández ordenó a sus colegas encargados de la segunda fase de rescate “realizar a la brevedad, el levantamiento de los arranques de muros del nivel superficial” y dejar el área de reserva arqueológica para una “posible reconstrucción futura del pequeño basamento”, que “esperamos, algún día se lleven a cabo”.

Esto, argumentó Hernández, “se debe realizar para proceder a la liberación del área para que la empresa pueda iniciar sus trabajos de remoción del suelo”, según consta en un oficio del 26 de septiembre de 2014.

Los arqueólogos respondieron en su informe final que “se tuvo que cumplir con dicha acción aunque no se estuviera de acuerdo”.

Consultado al respecto, José Hernández, arqueólogo encargado de la investigación en la zona de 1997 a 2014, confirma que el terreno no había sido liberado en décadas pasadas. “No pudimos haber cometido un error semejante.”

Sin embargo, defiende su propuesta de desmantelar los dos pequeños altares encontrados y restaurar otra parte de la estructura de Casa de ídolos para ser expuesta como parte del centro comercial. “No puedo parar una obra de desarrollo urbano, pero podemos integrarnos con el desarrollo respetando los vestigios”.

El Consejo de Arqueología, la máxima autoridad en materia de patrimonio, rechazó la propuesta de primera instancia. Por ello, dice, el representante legal de Desarrollo las monjas, Adalberto Arellano, le llamó “muy molesto”.

“Me habló preguntándome qué hacía, pero yo le dije que yo no podía hacer nada porque el Consejo es el que dictamina y es nuestra máxima autoridad en el país”, dice Hernández.

Según Adalberto Arellano, el proyecto cumplió con todos los permisos legales, pero “no sabíamos que Casa de ídolos no había sido liberado”, por eso es que el INAH inició trabajos de inspección. Además niega que hayan destruido vestigios en la zona y, por tanto, dice, la empresa no fue sancionada.

El 17 de diciembre de 2015, el INAH finalmente “liberó” el predio, es decir, otorgó el permiso para que la empresa retomara la obra en Casa de ídolos, donde se encontraron 22 áreas de actividad (monolitos, cerámica, utensilios), 28 entierros y 112 vasijas completas, según informó el organismo a una solicitud de información realizada por Méxicoleaks.

De acuerdo con el perfil de MRP de la página de Equity International, se trata de “uno de los desarrolladores más activos de tiendas Walmart en México”. Opera 71 centros comerciales en 21 estados del país y renta sus espacios a 2 mil 700 arrendatarios como Bodega Aurrera, Sam’s Club y  Walmart.

Los pobladores de la zona han denunciado los saqueos, realizan marchas, levantan firmas y exigen rendición de cuentas sobre el proyecto sin que nadie los escuche. Incluso, interpusieron una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para demandar el respeto al medio ambiente y a la cultura.

Esperan que la carta que enviaron al presidente Enrique Peña Nieto pueda ayudar para impedir la devastación en la zona, aunque no olvidan que el político incumplió la promesa que firmó ante notario cuando era candidato a gobernador del Estado de México en 2005: “Rescatar la zona arqueológica y construir el Museo de Sitio en La Peña”.

con informacion de animalpolitico

 

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